“Existe un gran debate sobre los distintos objetivos que puede tener la educación artística, en el marco del cual se plantean preguntas como las siguientes: “¿La educación artística sirve sólo para apreciar el arte o hay que considerarla como un medio para potenciar el aprendizaje de otras materias?”; “¿El arte debe enseñarse como disciplina por su valor intrínseco, por el conjunto de conocimientos, habilidades y valores que transmite o por ambos motivos?”, o “¿La educación artística debe ir destinada a unos pocos alumnos especialmente dotados en disciplinas muy concretas o a todos los alumnos en general?”. Se trata de cuestiones clave que condicionan el enfoque de los artistas, el personal docente, los estudiantes y los responsables políticos. La hoja de ruta intenta responder de modo exhaustivo a estas preguntas e insiste en que el desarrollo creativo y cultural debe ser una meta básica de la educación.”